Funciones del docente

 

¡Hola Blogueros!

Hoy abordaremos un tema que me parece muy interesante,  son  las diferentes funciones del profesorado recogidas en el artículo 91 de la LOE (comunes a su vez con la LOMCE), de donde he creído conveniente hacer una interpretación del texto original vinculándolo también al documental, “Pulso al Fracaso”  donde podemos ver reflejadas algunas de las funciones y su necesidad prioritaria.

Como suele ser comúnmente percibido, el profesor debe programar y desempeñar la enseñanza de las materias relacionadas con la rama encomendada, además de realizar la evaluación. Me parece importante aclarar que no solo lo es la evaluación del alumnado, también del método empleado para su aprendizaje y desarrollo, cosa que comúnmente se olvida, no solo es importante el fin, sino también los medios. 

En el sistema español, es común que exista una asignatura no calificable que se denomina tutoría, en ella se supone que el profesor debe de ofrecer un espacio para la interlocución con el alumnado, y este, bien puede ser usado para la orientación, apoyo educativo… además de para la solución de problemas en el aula o conocer demandas de estos.

Ahora bien, la educación no se nutre de una sola rama, es multidisciplinar, no solo en conocimientos sino en necesidades y ámbitos de intervención, con el objetivo de la atención al desarrollo intelectual, afectivo, psicomotriz, social y moral del alumnado. Ahí surge la necesidad de crear equipos multidisciplinares entre profesores, psicólogos, orientadores, trabajadores sociales y educadores, lo que permitiría una intervención global, no solo “parcial” desde el aula. La educación generalmente se da en la familia (hogar), en sociedad (amigos, familia), y el centro educativo(profesores), y, siendo el primero y el tercero, donde el menor suele pasar más tiempo, es la razón por la que ambas se convierten en un sistema de detección de problemas y necesidades, teniendo especial relevancia la figura del docente además de la de los padres, y para la intervención son necesarios  estos equipos, que deben trabajar por un bien común junto con las familias para la educación, bienestar y desarrollo de los menores, con el fin de que sean autónomos, con autodeterminación y capaces de ser proactivos.

La educación no solo debe ser en conocimientos, también en valores de respeto/equidad/colaboración/libertad… el favorecer actividades “no curriculares” que, en muchas ocasiones, son muy beneficiosas como actividades extraescolares, semanas culturales, excursiones… Que las clases y el centro tengan un buen ambiente es trabajo de todos, profesores (equipo), alumnos y familias, favorecer que haya participación en la vida del centro, se impulsen programas educativos innovadores que permitan adaptar la educación al contexto y desarrollar nuevas metodologías de la enseñanza y el aprendizaje.

Hay que destacar, que, aunque es complicado por la ratio de alumnos/profesor, es necesario que el profesor adapte su intervención al público objetivo, lo que implica un conocimiento y comprensión de las circunstancias y condiciones de cada menor, y ofrecer así una atención a necesidades específicas y un acompañamiento durante el proceso de la educación.

Os dejo el enlace a la ley para que podáis acceder al articulo original si os interesa.

Por hoy nada más, espero vuestros comentarios.

¡¡Nos vemos pronto blogueros!!


https://www.boe.es/eli/es/lo/2013/12/09/8/con

Comentarios

  1. ¡Buenas, Rodrigo!
    Una entrada muy acertada, sin duda, adaptarse, escuchar y buscar soluciones son tareas cruciales que todo buen docente tiene que desempeñar.
    Por otro lado, me pregunto ¿hasta qué punto hacemos buen uso de esa hora de tutoría que tenemos en nuestro sistema? No sé si habrá sido solo experiencia mía, pero muchas de esas horas las dedicábamos a trabajar en clase, avanzar materia, etc.. Recuerdo que algún profesor, que coincidía ser el tutor, cuando iba pillado con el temario, se servía de esa hora para compensar con la excusa de que no había nada «importante» que tratar. Creo que esto impide fomentar la relación profesor-alumno, no da cabida a la exposición de problemas o preocupaciones, aunque sean más triviales, si se me permite el término. Y, aunque no los hubiera, ¿no deberíamos dedicar esa hora, por ejemplo, a desarrollar el sentido crítico del alumno, la autonomía, la cooperación? No sé, es algo a lo que he dado bastantes vueltas y, sinceramente, yo preferiría sacrificar temario para permitirles expresarse, pero no parece ser lo común. ¡Qué chapa te he dado! ¿Tú qué opinas al respecto?

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