Que Nadie Se Quede Fuera

 

Buenos blogueros!

El termino escuela y su significado ha variado, ya no es el mismo que hace cuarenta años y sus funciones tampoco lo son. El centro educativo ahora complementa a la familia como en el pasado lo hacían las personas y el entorno cercano. La familia puede y debe educar en aspectos relacionados con la vida, en valores, convivencia… pero es imposible que lo haga sola, pues los únicos parámetros que ofrece son los del entorno familiar. Es ahí, donde el centro educativo/la escuela, toma peso, pues es otro entorno que permite acceder a marcos sociales distintos a los familiares, es un espacio que admite el contacto con la diversidad social y donde se complementa o diferencia con lo aprendido previamente en el entorno familiar.

La familia y la escuela deben cooperar en el desarrollo de los menores, buscando un reparto adecuado de funciones educadoras y socializadoras para alcanzar el pleno desarrollo de los menores. Desde el centro educativo deben existir formas para la participación de las familias en el proceso educativo, como forma de hacer más integrador dicho proceso, pero también, debe hacer por la inclusión de otras perspectivas, no es lógico que se permita la participación, y luego esta, no se tenga en cuenta para las decisiones del centro.

La escuela debe comprender que allí donde no llega, es donde los padres o el entorno cercano del menor si, y es precisamente ahí donde más se aprende del mundo, no en conocimientos, pero si en experiencias que condicionan el proceso. Por ello la función del centro debe ir encaminada a fortalecer experiencias positivas, reducir las negativas, pero sobre todo a dotar de capacidad y pensamiento crítico sobre ellas, y fomentar la creación de redes sociales y su cooperación.

La educación como proyecto debe integrar a los diferentes implicados en la misma dirección, de ahí, la necesaria cooperación entre personas, grupos, e instituciones de forma reciproca e igualitaria, pero tratando de mantener la autonomía de las partes, sin perder el objetivo final.

El centro debe tener autonomía de decisión, y de transformación en base a las necesidades que atiende, aun contando con la participación del entorno, los centros deben tener un proyecto educativo que les identifique pero que también de respuesta a sus necesidades y demandas concretas (del centro y los usuarios).

Por otro lado, los padres, deben poder tener autonomía y poder de decisión sobre que consideran que es mejor para sus hijos/tutelados, siempre y cuando esto, no vulnere los derechos del menor.

En mi opinión la clave está en mantener un equilibrio entre las partes y sobre todo, hacer partícipe al menor de su propio aprendizaje, fomentando su autodeterminación y rendimiento, evitando imponer solo puntos de vista de los padres y del centro. Todos deben adaptarse.

Los padres deberán sentirse parte del centro, para que formen parte de él, por ello el centro debe facilitar el desarrollo de la AMPA y el fomento de actividades además de que se participe en consejos de centro.

¿Vosotros que opináis?

¡¡Hasta la próxima blogueros!!




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